miércoles, 26 de noviembre de 2008

Jamás permitas gritos, el amor es el único que puede hablar alto





Hoy en el hospital, minutos antes de terminar mi jornada, llega una ambulancia, para que gestione tres ingresos, una mujer de 29 años, con sus dos hijos, uno de 4 años y una que hoy mismo cumplía dos. Al realizar el ingreso y preguntar el motivo, me dicen que por agresión doméstica, el "cabeza de familia" la emprendió a golpes con su mujer y sus hijos.

No pude por más, que acudir a la sala de espera y ver la carita de esos niños, se me partía el alma, como a tan corta edad, podían transmitir esa tristeza y miedo en sus ojos, lo que me decía que esa no era la primera vez. Me acerqué a la madre, y simplemente la dije, "no es la primera vez", a lo que ella me contestó, que era desde siempre, de antes de nacer sus hijos, negando con la cabeza, al volver a mi puesto, solo me salieron las palabras... no lo entiendo...

Pues si, no lo entiendo. Hablando con el de la ambulancia, que les había trasladado al hospital, decía que ella no sabía si denunciar, a lo que yo contestaba que me daba igual lo que ella pensara o hiciera, pero yo en el ingreso pondría que era agresión, al igual que haría el personal médico que los atendiera, que ella con su vida podría hacer lo que quisiera, pero con la de esos niños no.

No entiendo como una mujer, siendo maltratada por su pareja, desde siempre, mal que se case, pero peor aún que tenga hijos, eso ¡debería de estar prohibido!!!, puedo llegar a entender, aunque me cueste, que alguien te maltrate y sigas con el por amor, (bueno creo que no lo llego a entender), pero que tener a tus hijos y estos sean también maltratados... mira que no, yo no puedo querer a alguien que maltrate a mis hijos, aunque sea el padre, me podría llegar el momento, en que me diera igual lo que me golpeen, ¿pero a mis hijos?, es que no, no lo entiendo, yo eso no se lo permitiría a nadie.

No se que opinareis vosotros, pero es que yo no consigo verlo de otro modo, por muchas excusas o lágrimas que me suelten, y os aseguro que no soy fría para nada, pero tampoco soporto los abusos y la violencia y menos con los niños, y si estos son mis hijos y casi bebes, ¡¡¡ni pensarlo quiero!!! se que no podría quedarme parada viendo como golpean a mi hija, eso lo se, al igual que tampoco me quedo parada si me golpearan a mi.

Feliz cumpleaños pequeña niña, hoy cumples dos añitos, y pasas la noche en el hospital, con tu hermano de 4 años y una madre... imprudente? insensata? absurda? no se ni como denominarla la verdad... menos mal que mañana, pasaran los asistentes sociales y que la madre diga y haga con su vida lo que mejor la parezca, pero con esos niños, espero que no...

sábado, 22 de noviembre de 2008

Estoy ahí.... Querida Amiga.





Quiero hoy dedicar este post, a una persona muy especial para mi, amiga y compañera de trabajo, que por desgracia tiene temporadas que se me apaga tanto que se llega a sentir enferma, a mi me asusta tanto, que no se ni como acercarme a ella, ni como ayudarla, ni siquiera se si puedo conseguir algo…

Para esas personas que tenemos cerca que sufren un desánimo, depresión, tristeza que les invade y no pueden sujetarse ni ellos mismos, su sonrisa está ahí, aunque en esos momentos no la veamos, sus palabras quieren salir, aunque no las oigamos, su cariño permanece siempre, aunque no deseen que nos acerquemos…

A todas esas personas, que se llegan a sentir así, que se aíslan del mundo y piensan que no estamos, recordadlas que estáis, hacedlo mejor que yo… que seguro que si sabéis.


Me encanta cerrar los ojos, y conseguir verte, porque sé que estás ahí siempre aunque no te vea, sé como estás, como te sientes, por el cariño inmenso que te tengo.

Me emociona estar en silencio y llegar a oírte, sin palabras, sentir esa unión que sólo se puede tener cuando el cariño existe, la preocupación y la constancia.

Me gusta compartir momentos contigo, sin que estés a mi lado, porque así lo siento, no me olvido de ti, te recuerdo cada día, porque una amistad para mi significa estar, querer, saber…

Me entristecen tus tristezas, tus malestares, así como no encontrar una sonrisa en tu cara cuando te miro, como cuando el brillo de tus ojos no es el mismo, desaparece esa calidez y expresividad que te caracteriza, tu tristeza, me entristece…

Quisiera estirar los brazos y al abrir mis manos llegar hasta ti, pero en esos momentos no se como puedo hacerlo…

Quisiera no tener en cuenta las veces que me acerco a ti, y me siento rechazada y me duele el alma, quiero entenderlo…

Quisiera que sintieras, como mi corazón te grita que estoy a tu lado, aunque no consigas verme cerca…

Quisiera que el miedo desaparezca, para así, quizás, saber mejor como llegar hasta ti, cuando creo que más me necesitas….

Quisiera que supieras, el cariño tan hermoso que siento por ti, que te recuerdo siempre aunque no sepa como acercarme, como abrazarte y eso que es lo que más deseo…

Quisiera querida amiga…. Que sepas que siempre estoy ahí, que te quiero y siempre estás en mi pensamiento.

Te deseo lo mejor en la vida, porque se que al menos eso mereces yo estaré cerquita si me dejas para verlo… recibiendo tus palabras, quiero celebrar que superas de nuevo ese estado y que vuelves a sonreír, espero no molestarte con este gesto, pero era lo que más me apetecía escribir en este momento…

Muchos besos mi preciosa amiga y compañera.

Te quiero mucho Montse C.

Eva María.




domingo, 16 de noviembre de 2008

La Sensualidad Natural...

Bueno, hoy quiero ofreceros algo que encontré, me resultó curioso, y me dije ¿la naturaleza también? Parece que este tema, está en todas partes y sino a ver que opinais!!! jajaja

Espero que os resulte curioso y gracioso, al menos para mi si que lo fue...















































Jajaja, ¡que no se me desmadre nadie!!! y perdonad el atrevimiento... jajaja

jueves, 13 de noviembre de 2008

Estudios. Infidelidad. ¿Tu qué harías? (II)





Quería haber hecho otra parte al post anterior, pero según se ha ido esclareciendo el asunto creo que no es necesario.

Hace algunos años, en una de mis clases, tenía que proponer y moderar un estudio o debate, mi tema elegido fue “la infidelidad”, más o menos como esta vez hice con vuestra participación, y os puedo asegurar que a pesar de la diferencia de edad entre el grupo que lo formaba antes, al de ahora, no ha habido gran diferencia, la he encontrado sólo en una cosa. A los 20 años se mira más por la amistad que sientas por la persona engañada, quizás por que no repercutan otros factores, como es la pareja estable, familia, la vida en general que no es la misma que a la edad que tenemos ahora (hablo por los que pasamos los 30 :)

Por lo que hemos ido dejando en el post anterior, por bastante mayoría creo que queda así:

-El hombre suele ser más infiel que la mujer o al menos se descubre más.

-Tendemos a tener valor de enfrentarnos más al infiel que a la persona engañada.

-Si no hay un acercamiento excesivo de amistad con los involucrados no nos planteamos nada, oír, no ver y callar.

-Somos de naturaleza ¿hipócrita?, la mayoría quiere que le sea comunicada la infidelidad por terceros con confianza, quiere no vivir en el engaño y poder tener la libertad de decidir sabiendo lo que pasa por su vida, pero nosotros no comunicaríamos a nuestra buena amistad, en el caso de conocerlo.

-En muchos casos, llega a importar más la discreción, que la amistad, el cariño, la lealtad o lo justo.

-Sentimos remordimientos al pensar que podríamos, con nuestra intervención, estropear algo, sin darnos cuenta que ya está roto si se llega a esa situación, o al menos que los dos conozcan donde están y puedan elegir libremente sin mentiras.

-En el fondo deseamos ser justos, que los dos sepan, para poder elegir y valorar, pero solo buscaríamos esa justicia, haciendo que el infiel lo comunique a su pareja, así lo vemos más correcto.

-Tendemos a confiar que entre las parejas bien avenidas, no se cometen infidelidades.

-Sentimos terror ante la idea de que eso nos suceda a nosotros, por eso ante la misma situación en los demás, actuamos con el mismo terror. Claro está que no se siente el mismo miedo cuando se es la parte que comete la infidelidad.

Hasta aquí más o menos es lo que hemos recogido de nuestra aportación al post anterior, lo cual, a pesar de ser un número muy reducido de personas, no queda muy lejos de todos los estudios que se hacen sobre este tema.

(Yo me incluyo en todos los puntos, no me excluyo, aporto lo mismo que vosotros como muchos habréis leído en mis contestaciones, si alguno cree que no es así puede formular la pregunta sin problema)


Datos extraídos de distintos estudios, en distintas páginas Web, nos dicen:

La infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan. La lista de razones es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden en que en todas se intenta satisfacer las carencias en la pareja.

Las más comunes son: Sentirse devaluado, al recibir una atención menor por parte de su pareja; Monotonía. La rutina y la ausencia de sorpresas conlleva a un aburrimiento sentimental; Vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. En el caso de los hombres, no es aceptado un cambio físico de la pareja; Falta de comunicación y diálogo; Búsqueda de nuevas sensaciones al acabarse la seducción del enamoramiento; Pérdida de libertad, al ser la pareja asfixiante; Idealización de la pareja; Permisividad de la pareja; Ausencia de personalidad de una de las partes; etc.

Según algunas encuestas, las estadísticas marcan que los hombres, en un 56%, no rechazan una aventura cuando se presenta la oportunidad. Se trataría de varones que, en general, tienen un matrimonio bien avenido. En cambio, el 35% de las mujeres aceptan tener una infidelidad, muchas veces, para denigrar al varón por sentirse poco apreciadas, desatendidas, desvalorizadas, por no sentir la mirada de su pareja, o porque están inmersas en una relación asfixiante. Por el contrario, el hombre engaña como una forma de castigo, por la desvalorización que siente por sí mismo o para denigrar a la mujer desde el punto de vista sexual.

En promedio, las estadísticas de infidelidad aseguran que el 60% de los hombres son infieles, y que el 40% de mujeres les sigue los pasos. Para Sexole, el primer estudio sobre conductas y preferencias sexuales de usuarios de Internet en España, las mujeres son más infieles que los hombres (50% frente al 44%) y también más apasionadas: un 65% exterioriza más las emociones en el momento del clímax, frente a un 27%. El estudio de Journal of Couple and Relationship Therapy asegura que entre un 45 y un 55% de las mujeres casadas son infieles

En el estudio de UC-Adimark se observa que las nuevas generaciones, tanto hombres como mujeres, condenan más la infidelidad que los adultos maduros. Así, mientras que el 29% de los hombres entre 45 y 54 años está de acuerdo con la idea de tener una relación paralela al matrimonio, los encuestados entre 18 y 24 años sólo lo están en un 15%. Y en el caso de las mujeres, el 11% de las consultadas entre 45 y 54 años declara estar de acuerdo, cifra que baja hasta un 5% en el resto de los tramos erarios.

Según una encuesta de la Universidad de Buenos Aires, a un 82% de las mujeres encuestadas lo que más les dolería de una infidelidad es que su pareja se enamorara de la otra persona, cosa que sólo mortifica al 52% de los varones. A un 44% de éstos, en cambio, los ultraja la sola idea de un encuentro sexual, así sea ocasional, de su pareja con otro hombre. Apenas un 18% de las mujeres se desvela por el mismo motivo.

Entonces, ¿de qué fuente nos podemos fiar? Según el artículo del NYT los datos más seguros son los que lleva recogiendo desde 1972 la Encuesta Social General . Sus resultados indican que en un año determinado el 12 % de los hombres casados y el 7% de las mujeres han sido infieles a su pareja.
Considerando la relación completa, en 1991 el 20% de hombres y el 5% de las mujeres mayores de 60 años confesaban haber sido infieles alguna vez a lo largo de su matrimonio, mientras que el 2006 los porcentajes subían al 28% y al 15% respectivamente.

El incremento general no es tan inesperado, pero un análisis más meticuloso realizado por el Dr. David Atkins de la Universidad de Washington muestra que el perfil de los infieles sí ha evolucionado de manera curiosa: la infidelidad está aumentando claramente entre personas mayores y en las parejas jóvenes. De hecho, las mujeres jóvenes están a punto de atrapar a sus maridos en índice de adulterios.

Las mujeres somos muy confiadas en nuestra relación, según el estudio de la Dra. Hite, en el que “el 79% de las mujeres no cree que su pareja tenga otro asunto amoroso; sólo el 15% tiene dudas y el 19% sí sabe que su pareja lo tiene o lo ha tenido”.

Sin embargo, según otra encuesta las mujeres no somos siempre tan confiadas:

 El 46% registra los bolsillos de la ropa de sus parejas.
 El 47% revisa los correos electrónicos.
 El 27% comprueba los números telefónicos de los recibos.
 El 10% los sigue a escondidas

Está comprobado que la sociedad permite mucho más la infidelidad del hombre que de la mujer, por esta razón la reacción de las mujeres suele ser diferente y más benévola. Se dice que la mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida, aunque en realidad ni el hombre ni la mujer, en la mayoría de los casos, ni perdonan, ni olvidan.
No es nada sencillo disimular la infidelidad, porque las parejas se conocen, saben sus reacciones y cada pareja tiene una psicología muy concreta y fácil de predecir. Además las mujeres somos muy intuitivas, puede haber cientos de detalles que nos hagan sospechar, y los hombres difícilmente disimulan ese nuevo estado de goce y aventura. Aquí te mostramos las conductas más obvias que pueden levantar tu sospecha de que él te está siendo infiel:

 Empieza a tener un exceso de compromisos de trabajo.
 Se esmera en el vestir, incluyendo la ropa interior.
 Cuida más su físico, se hace desde un teñido de canas hasta injertos de cabello.
 Hace algunas llamadas misteriosas.
 Tiene un aumento importante en sus gastos.
 Se porta especialmente cariñoso contigo, para disimular.

La infidelidad es una de las causas más comunes de crisis o rupturas definitivas en la pareja; dentro de las grandes inquietudes de quienes deben enfrentar este problema, está el dilema frente al futuro de la relación: separarse o perdonar y perdonarse a sí mismo.

Separarse y terminar el matrimonio es la solución más fácil y la elegida por la mayoría de las personas que atraviesan por un caso de infidelidad. Con esta actitud se deja de lado la posibilidad de buscar solución a un conflicto, que si bien es grave, puede ser doblegado por la buena disposición que ambos tengan por encontrar juntos la salida a un laberinto complicado, pero superable si existe la iniciativa de lograrlo.
Perdonar implica un profundo proceso de reencuentro con el amor que aún pueda existir, reuniendo a quienes sienten el arrepentimiento verdadero de disculpar un error humano y 'apostar' por un volver a empezar cuando las circunstancias así lo permitan.

 Un primer caso es la infidelidad física, producto de una curiosidad, una fantasía no satisfecha o una etapa saltada en la vida.

 Otro es aquella por enamoramiento o emocional, donde la persona se involucra mucho más con su amante, ya no es sólo una aventura de una noche, implica sentimientos.

 Una tercera clase es aquella para buscar una cualidad de la que carece la pareja estable.

 Otra variedad es la infidelidad psíquicamente insuperable. Son las personas incapaces de guardar lealtad o compromiso alguno.

 Existe también una especie de infidelidad platónica, en la cual se siente que el compromiso de comunicación se da con otra persona y no con su pareja, aquí no se llega a mantener relaciones sexuales.

 Otro género, un tanto inusual y menos común, pero que existe, es la traición afectiva 'provocada', aquí los infieles inducen esta situación con el objeto de salvar el matrimonio.

Infidelidad masculina básicamente plantea a un hombre inmaduro, que la toma como un complemento a su relación, en vista de su dificultad a la fidelidad o a poder profundizar en una relación. Dentro de este tipo están también aquellos que lo hacen para agredir a la pareja frente al compromiso, haciendo sentir a su mujer que ellos no se sienten limitados al matrimonio, manteniendo una puerta abierta de escape para la aventura ante situaciones de su desagrado dentro del hogar.

La infidelidad femenina al igual que en el varón se produce por el temor al compromiso, por no sentirse lo suficientemente involucrada con su compañero en el plano afectivo-comunicacional. Dentro de las mujeres infieles están aquellas que han tenido una sola pareja en sus vidas y pasado los 35 a 40 años, sienten la curiosidad de experimentar sexualmente con otros hombres. Hay algunos tipos de infidelidad femenina en que la mujer lo hace con el objeto de manifestar su desprecio por la figura masculina, usando al hombre y teniendo la sensación de control, generalmente por una situación de venganza ante episodios de su infancia provocados por su padre u otros hombres. Muchas veces son mujeres frígidas, que hacen todo el espectáculo frente a sus amantes, sintiendo en su fuero interno que son ellas las que dominan la situación y cuando quieren se deshacen del hombre.

En un estudio hecho por el psicólogo y sociólogo Giorgio Agostini a una muestra de un total de 287 parejas, entre 18 a los 65 años. Los resultados obtenidos fueron que un 90% de los hombres manifestó en alguna etapa de su vida en pareja haber sido infiel en cualquiera de los tipos de infidelidades antes mencionadas. En el caso de las mujeres la cifra llegó a un 60%.

La figura del amante puede a su vez ser, bien un episodio meramente transitorio, o bien algo serio y con indicios de permanencia. Tengamos en cuenta, que según las estadísticas, el 37% de las infidelidades son aventuras de una sola noche y apenas el 12% de ellas duran más de un año.

En la medida que el vínculo es más sólido existe la posibilidad de seguir con una relación donde hubo infidelidad por parte de uno de los cónyuges. Cuando el amor y la profundidad de la relación permiten superar esa aventura, ambos salen fortalecidos.

Adoptando una postura realista y objetiva, puede afirmarse que el adulterio o infidelidad tiene distinta consideración y efectos para el hombre y para la mujer, así bien lo ilustra el dicho español que dice: "Los hombres llevan la fama y las mujeres cardan la lana". En este aspecto gran influencia han tenido el cine, la literatura y la cultura popular; a través de los cuales se ha sustentado el estereotipo del macho viril que busca la infidelidad; en su contrapartida, se ha estigmatizado que la mujer sólo en circunstancias límites se ve empujada a ella.

Los especialistas coinciden en que no hay hombre ni mujer que sea plenamente fiel en pensamiento. Por muy virtuosa y leal que sea una persona, la infidelidad de pensamiento es instintiva e inevitable. Será difícil probarlo, pero es innegable que nadie es inocente de traición de pensamiento. Recuérdese la defensa de Jesús de la mujer sorprendida en adulterio: "El que esté sin culpa, que tire la primera piedra" (Juan 8:3-8).

Por lo general, "el hombre infiel busca sexo y la mujer persigue sentimiento". En efecto, los psicólogos opinan que el hombre busca el sexo fuera de la pareja y le daña más la infidelidad sexual, aún sin sentimiento de amor, es decir, que su compañera se acueste con otro. Por su lado la mujer busca sentimiento fuera de la pareja y le hiere más el engaño sentimental, aún sin sexo, o sea, que su cónyuge ame a otra.

Suele creerse que el amor impide que la infidelidad ocurra. Sin embargo, en relaciones donde hay mucho amor también puede presentarse. El amor disminuye las probabilidades, pero no garantiza la total fidelidad. Así como tampoco lo asegura la intensa vida sexual que pueda llevar un matrimonio. Personas que se llevan bien en la cama pueden ser infieles por otras carencias, por encontrarse en una ocasión de alto peligro, cediendo ante la tentación o bien por sentimientos como venganza, resentimiento o simple curiosidad que propicien este tipo de aventuras.

Según el sexólogo José Manuel González "la primera infidelidad es como la pérdida de la inocencia y deja huella muy difíciles de borrar: puede que la relación nunca vuelva a ser la de antes, pero no siempre para mal. A veces la aventura da pie para rehacer una relación más sincera". El doctor González añade que para ello el "arrepentido" debe evitar cualquier contacto con el amante y disponerse a responder todas las preguntas que le haga su pareja. En vez de dejar el tema sin hablarlo, hay que sacarlo a relucir para recuperar la intimidad emocional. El sexólogo termina por afirmar que "ambos estarán curados cuando puedan incluso bromear sobre ello, es decir, cuando ya lo han asimilado y se sientan a gusto. Difícil, pero no imposible".

El temor de muchas personas es el perdonar y que luego se vuelva a repetir la situación. Quienes han cometido este engaño y sienten arrepentimiento, optan por enmendarse, terminan con la historia cuando se dan cuenta del dolor que han provocado y valoran su unión por sobre la aventura.

Según investigaciones sobre el adulterio sólo el 10% de las personas que dejaron a sus parejas por otras continúa indefinidamente con ellas. Cuando se acaba el embrujo de lo prohibido y se instala la rutina, se suelen producir los mismos roces que se tenían con la anterior pareja a la que se fue infiel.


A pesar de lo extenso de este texto, quise exponerle lo más completo posible, espero que os resulte entretenido. Un abrazo para todos.


Eva María.


domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Tu qué harías? (I)

Los ves de lejos, tu mente empieza a imaginar, cómo sería en tu vida, el que alguien te abrazase así, te agarrara de ese modo, te besara con esa pasión. Observas que hermosa pareja hacen, que felices se ven.



Sigues caminando... cuando de pronto, reconoces a uno de los que forman esa encantadora pareja, que desborda sensualidad en cada movimiento. Ya no puedes imaginar nada, sólo deseas desaparecer, no encontrarte en ese lugar, en ese instante. ¿qué pasará en el matrimonio de estos amigos, para ahora encontrarme con esto?, ¿la otra parte será conocedora de esta traición?


Qué complicado tema, imagino que alguna vez, muchos de nosotros, por desgracia, nos hemos encontrado en una situación así, ¿pero en cual?



Podemos estar del lado que somos el que traiciona, o ser el traicionado.



O ser la amistad que se entera de ese acto hacia un amigo/a, ¿qué piensas que es mejor hacer en estos casos?



Es un tema que todos en algún momento hemos hablado, de si te gustaría o no conocer, si tu pareja te llega a ser infiel, como todo nada es sí, ni todo es no. Muchos dicen que no quieren saberlo, otros que prefieren la verdad ante todo.



Pero en el caso de ser tu el que tienes esa información, de la infidelidad de una pareja de amigos, ¿cómo actuarías?, callarías o hablarías con alguno de ellos...

martes, 4 de noviembre de 2008

Piropos!!!



Bueno, hoy me apetecía recordar esos momentos, cuando pasas por una obra, o un grupo de "muchachos", que les da por dejar volar la inspiración, cosa que la mayoría de las veces... mejor lo dejamos ahí, ¿verdad chicas?, pero yo se que todos vosotros, si que tenéis hermosas palabras que poder dedicar en ese instante que alguien te las inspira, ¿qué piropo dirías?, encontré unos cuantos, os dejo estos, unos muy bonitos, otros...



¡Dichosa la mañana en que aparezcan tus hermosos zapatos debajo de mi cama!

¡Tú con esas curvas y yo sin frenos!

Eres un camión con atracción delantera.

Dichosos los ojos que te ven y más feliz la mano que te toque.

¿De qué juguetería te escapaste muñeca?

Si tu pierna izquierda fuera viernes y tu pierna derecha fuera domingo... déjame pasar un fin de semana contigo.

Te quiero y por quererte me muero. Si por quererte me muero, no sé para qué carajo te quiero.

Tus ojos son dos luceros. Tus mejillas dos manzanas. ¡Qué linda ensalada de frutas haríamos con mi banana!

A la mar tiré un alfiler, y sólo el día que lo encuentre te dejaré de querer.

Dile que ya no la quiero, que no la amo, pero no le digas que te lo he dicho llorando, porque entonces comprenderá lo mucho que la sigo amando.

1 beso de tu boca 2 caricias te daría 3 abrazos que demuestran 4 veces mi alegría y en la 5º sinfonía de mi 6º pensamiento 7 veces te daría las 8 letras de un te quiero porque 9 veces por ti vivo y 10 veces por ti muero.

Si amas a Dios que murió por tanta gente, ¿por qué no me amas a mí que me muero por ti solamente?

La dedicatoria que siempre recuerdo, después de tantos años....



Si mi boca fuera pluma y mi corazón tintero, con la sangre de mis venas te escribiría "Te Quiero".